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Limpiadores faciales: Cómo se usan y para qué
Conservar la piel de tu cara bien cuidada es el resultado de una rutina constante. Tratar tu tez adecuadamente evita la aparición de manchas, líneas de expresión y marcas propias del paso del tiempo. Has de tener en cuenta cuál es tu tipo de piel y su comportamiento para cerciorarte de que estás haciendo todo bien. Y un buen limpiador facial juega un papel clave en toda esta ecuación.
El ajetreo del día a día te impide poder llevar una rutina de limpieza facial exhaustiva. Usando los productos apropiados podrás aprovechar algunos momentos, como el de la ducha, para limpiar tu rostro y, así, ahorrar tiempo y lucir una piel radiante.
Índice
Limpia y humedece tu rostro con agua tibia
El agua fría o el agua muy caliente provocan efectos extremos en la piel de tu cara. Lo mejor es usar agua tibia para limpiar toda la suciedad acumulada.
Deja muy limpias todas las zonas de tu cara, cuello y escote, e intenta evitar la zona del contorno de los ojos, ya que esta zona necesita cuidados especiales. Despeja tu cara y humedécela antes de aplicarte el gel.
Extiende el gel limpiador facial
Extiende bien el gel: empieza frotando suavemente la frente, baja por la nariz, sigue por los pómulos, la barbilla, el cuello y, por último, el escote.
Utiliza la espuma de agua de rosa para mantener tu rutina facial diaria, su textura cremosísima formulada con agua floral de rosa respeta tu piel, eliminando las impurezas y la grasa que se va acumulando. La sensación purificadora y fresca que te deja tras su uso es un auténtico placer.
Una vez a la semana, usa el gel limpiador detox para reafirmar tu piel, gracias a los efectos propios del carbón activo y el propóleo acaba fácilmente con los puntos negros y te aporta un extra de nutrición.
Ambos limpiadores faciales están recomendados para todo tipo de pieles y sus resultados son impecables.
Masajea tu rostro
Para una limpieza en profundidad, tras aclarar el gel limpiador facial, masajea tu cara durante unos minutos con el limpiador facial de silicona. Una experiencia muy relajante mientras limpias con precisión todas las zonas de la piel de tu cara y poros, llegando hasta las zonas más difíciles.
Durante el masaje, exfolias bien tu piel, eliminas células muertas y el exceso de grasa. La circulación sanguínea se reactiva confiriendo a tu piel unos resultados excelentes desde sus primeros usos.
Desmaquíllate
La importancia de limpiarte la cara al llegar a casa es un factor fundamental de su cuidado. El maquillaje impide que la piel respire libremente y facilita que la polución penetre más rápido en tus poros, generando más puntos negros y acné.
Para desmaquillarte eficientemente, usa el cepillo limpiador facial de Rowenta. Sus suaves púas llegan a las áreas donde se aglomera más maquillaje y mugre, exfolia tu cara sin eliminar la hidratación propia de tu tipo de piel.
Hidrata tu piel
Tras limpiar tu cara y secarla con una toalla pequeña de algodón limpia, es el momento de aplicarte tu crema de cara. A la hora de hidratar tu rostro, deber considerar cuál es el objetivo que deseas, la hora en la que te estás aplicando la crema y sus componentes.
Siguiendo esta sencilla rutina facial, en la primera semana notarás sus impresionantes efectos. Sentirás que tu piel está purificada y radiante.
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