Estamos en época de vendimia, por eso es un buen…


Alimentos de temporada: primavera
Consumir alimentos de temporada está lleno de beneficios, tanto para nosotros como para el medio ambiente. ¿Sabes por qué? Te lo vamos a explicar para que, a partir de ahora, lleves un mayor control de los productos que están en su mejor momento en cada época del año. Y, para ponértelo aún más fácil, también nos hemos propuesto hacerte una lista con los alimentos de temporada de la primavera, y proponerte una receta deliciosa.
Cuando respetamos los ciclos de crecimiento y desarrollo naturales de los productos, los consumimos en su mejor momento de calidad, y podemos disfrutar tanto del máximo sabor como de su nivel más alto de nutrientes.
Además, esto fortalece el comercio local y de proximidad, dinamizando la economía de nuestras comunidades y protegiendo la biodiversidad al apoyar cultivos más naturales. Comprando productos de temporada también estamos evitando el uso de embalajes y el almacenaje de larga duración de productos. Además, si consumimos productos de cercanía, disminuimos la huella de carbono, ya que al tener que recorrer menos distancia, se ahorra en combustible y, por lo tanto, se reducen las emisiones.
Y ahora que ya sabes que optar por los alimentos de temporada es más sostenible, te vamos a contar cuáles son los productos estrella de la primavera, para que los apuntes a la hora de hacer tu lista de la compra.
Índice
Frutas de primavera
Con la primavera empieza la recogida de algunas de las frutas más sabrosas y apetecibles. Seguro que empiezas a salivar cuando piensas en las fresas, los nísperos, el melocotón, el plátano, la nectarina y, cuando se acerca todavía más el calor, la sandía.
Pues todo esto es propio de esta estación. También puedes encontrar kiwis, aguacates, ciruelas, limones, manzanas, peras, mandarinas y naranjas.
¿Tu fruta favorita está entre las que hemos mencionado? Aprovechando que están en su mejor momento, puedes consumirlas al natural, en macedonia, con nata, añadiéndolas a algún pastel o de una forma muy refrescante de aprovechar estos alimentos de primavera.
Helado de frutas
Un modo muy sencillo de hacer helado de frutas naturales es lavar y trocear la fruta, congelarla y, a continuación, batir estos trozos junto con un yogur natural cremoso. ¡Y a disfrutar! Esta receta queda genial con fresas, melocotón, nectarina, nísperos, plátano y pera.
Verduras de primavera
En primavera, la huerta también está espléndida, por eso es un momento fantástico para disfrutar de verduras como la acelga, la lechuga, la coliflor, las espinacas, la lombarda o el brócoli.
Y las hortalizas que empiezan su temporada son los espárragos, las habas, los calabacines, los pimientos, las cebollas, los tomates, las zanahorias, los puerros y los ajos.
Pero, sin duda, una de las estrellas, porque están especialmente increíbles son las alcachofas, que las puedes disfrutar rehogadas, al horno, confitadas, en crema o con jamón.
Pescados y mariscos de primavera
Los pescados y mariscos también tienen su temporada de primavera. Por ejemplo, si te gusta disfrutar del marisco, los camarones, las cigalas, el centollo, el berberecho, las almejas, las ostras, la sepia y los mejillones tienen ahora una mayor calidad.
Para elegir los mejores pescados de temporada, aprovecha para disfrutar de la merluza, la lubina, el lenguado, el rape, el rodaballo, el atún, el mero, el bacalao y el gallo.
Nosotros hemos elegido el bacalao para proponerte una receta típica, pero que siempre triunfa: el bacalao al pil pil.
¡Apunta! Y cuéntanos si te animas a hacerla.
Bacalao al pil pil
Para empezar, necesitarás los siguientes ingredientes. Te damos la cantidad perfecta para 6 raciones:
- Bacalao desalado 300 g
- Aceite de oliva virgen extra 1 l
- Cabeza de ajos 3
- Guindilla al gusto
- Pan de hogaza duro, dos rebanadas
Esta receta tiene una dificultad media, y para que calcules el tiempo que tienes que invertir, es una media hora de elaboración, otra media de cocción, y un reposo posterior de 8 horas, para que el resultado sea perfecto.
Comenzaremos haciendo los preparativos el día de antes, aromatizando el aceite con el ajo. Para ello, pelaremos los dientes de ajo y los filetearemos. Y para facilitarte esta tarea, el pelador de ajos Ibili te ayudará a quitarles la piel fácilmente, sin tener que usar las manos.
En una olla, como esta cacerola Fusiontec Black WMF, fabricada en hierro fundido, que difunde el calor de manera homogénea, pondremos el aceite a calentar y, cuando comience a hervir, echaremos los ajos. Bajaremos el fuego y dejaremos que se vayan tostando. Para que no se quemen, añadiremos dos rebanadas de pan duro al aceite, que retiraremos unos minutos antes para terminar de tostar los ajos. Y dejaremos el resultado ahí, hasta el día siguiente.
Al día siguiente limpiaremos y descamaremos los lomos de bacalao, les quitaremos las espinas que puedan tener y los igualaremos en altura con un cuchillo para evitar que haya trozos que salgan mucho por encima del aceite. Colocamos el pescado en una cazuela de barro, como ésta rectangular de Graupera. Si no disponéis de gas y tenéis que hacerlo en cocina de inducción os valdrá también una cazuela baja de hierro fundido, como la de Fusiontec Black WMF.
Colocaremos los lomos de bacalao con la piel hacia arriba, y le iremos añadiendo el aceite aromatizado sin los ajos por encima. Colocamos la cazuela o la fuente de barro al fuego y llevamos el conjunto hasta casi que empiece a hervir, dándole un calentón.
Tapamos con una tapa de madera, para evitar que condense agua encima del pescado y dejamos reposar durante cinco minutos. Repetimos esta operación dos veces más. En total tres calentones y 15 minutos de reposo en tandas de cinco minutos.
Cuando pase el tiempo pinchamos el pescado para saber si ya está hecho. Si es así, observamos que no se haya soltado mucha agua al aceite. En el caso de que la hubiera, y para que no nos aclare la salsa, podemos quitarle ese exceso de agua retirándola con una jeringuilla absorbiendo líquido de la base de la cazuela y en el centro, puesto que el aceite se queda en la superficie y el agua baja hacia el fondo de la olla o fuente.
Una vez hecho esto comenzamos a girar fuera del fuego la cazuela, haciendo como medias circunferencias. Cuando salgan los corrillos de gelatina comienza la emulsión. No hay que girarlo fuerte, sino con un ritmo similar. A medida que se va templando el aceite se va ligando la salsa. Una vez ligada toda la salsa, ponemos de nuevo al fuego y cuando comience a borbotear ya tenéis vuestro pil pil.
Podéis utilizar el método del colador para ligar la salsa más rápido. Para eso retiráis las tajadas de bacalao y vais haciendo círculos en el aceite con un colador. A medida que transcurre este movimiento la salsa se va ligando. Servimos al momento en una vajilla, como la Iria New Pontesa, acompañado de unos filetes de ajo y guindilla… ¡y a disfrutar!
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