6 patatas de tamaño medio
Huevos
Harina para rebozar
1 cebolla
3 dientes de ajo
Acetite de girasol
Aceite de oliva
Azafrán
1 vaso de caldo de verduras y pollo
Perejil
Medio vaso de vino blanco
200 g de jamón picado
Pelamos las patatas y las partimos en rodajas de 1 cm de grosor aproximadamente. Las salamos y rebozamos en harina y huevo para freírlas en una sartén con aceite de girasol hasta que queden doradas. No es necesario que las patatas se pasen por dentro ya que luego terminarán de cocinarse al guisarse con la salsa. Sacamos las patatas poniéndolas en una fuente entre capas de papel absorbente para retirar el excedente de aceite. En una cazuela ancha y plana ponemos un fondo de aceite de oliva y dejamos sofreír lentamente la cebolla picada finamente. Cuando casi esté pochada, añadimos el ajo picado y un poco de perejil hasta que esté todo dorado. Al final del sofrito, añadimos el jamón picado. Para continuar el guiso, incorporamos una cucharada pequeña de harina, el vino blanco, el caldo y un poco de azafrán. Tras cocer un minuto y con la salsa ya ligada, añadimos las patatas rebozadas. Guisamos durante unos 15 minutos y con la cazuela tapada para evitar que la salsa se evapore y pueda quedarnos seco el guiso.
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